El sociólogo ítalo- brasilero habló de una «guerra declarada» del Gobierno Italiano contra los descendientes nacidos en el exterior, especialmente en Sudamérica. Repaso de los meses más difíciles para la diàspora italiana en toda su historia.
Una «guerra declarada» contra la ciudadanía italiana en el exterior
Así califica el sociólogo Daniel Taddone, miembro del Consejo de la Ciudadanía Italiana en el Exterior (CGIE), la ofensiva legislativa del gobierno de Giorgia Meloni durante parte de 2024 y todo 2025.
En una entrevista exclusiva con InfoCivitano, Taddone desgranó cómo una serie de medidas restrictivas está redefiniendo un derecho histórico a la ciudadanía italiana por descendencia y exponiendo una profunda crisis de representación.
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Un «terremoto legislativo» que limita derechos
Para comprender la magnitud de la situación actual, es crucial analizar la secuencia de medidas normativas que han modificado un derecho que históricamente se consideraba «blindado».
La ofensiva comenzó con el Presupuesto 2025, que impuso un aumento del 100% en las tasas consulares para los trámites de reconocimiento de ciudadanía italiana por descendencia, el aumento de las tasas para los juicios de ciudadanía y creó nuevos aranceles en las comunas (hasta 600 euros por el trámite de ciudadanía italiana iure sanguinis y hasta 200 euros por cada solicitud de actas).
También incluyó la no actualización automática de las pensiones de italianos en el exterior y eliminó beneficios para quienes regresan a la península.
El golpe más duro llegó con lo que Taddone califica como el «decreto de la vergognia». Esta ley extraordinaria publicada a finales de marzo que modificó drásticamente las reglas, excluyendo del derecho a bisnietos y descendientes lejanos, e imponiendo condiciones restrictivas para hijos y nietos.
A esto se suman proyectos de ley pendientes que buscan eliminar la ciudadanía por matrimonio para residentes en el exterior y otro que propone extender plazos y exigir un examen de idioma. Este conjunto de medidas no surgió en un vacío, sino que fue justificado por una narrativa gubernamental diseñada para señalar a un enemigo claro.
El relato del Gobierno: ¿quiénes son los «enemigos»?
Según el análisis de Taddone, esta ofensiva legislativa se apoya en una narrativa gubernamental que construye una imagen negativa de la diáspora para justificar el recorte de sus derechos.
El gobierno ha elegido a los descendientes como «enemigos» o «inconvenientes», con un foco específico en argentinos y brasileños, según lo ha manifestado públicamente el ministro Antonio Tajani.
Esta narrativa se nutre de la «falacia de la emergencia», agitando la cifra alarmista de «80 millones de descendientes». Taddone la contrasta con datos del juez Gatuso, quien señaló que en tres años solo se presentaron 40.000 solicitudes, demostrando la inexistencia de tal crisis.
Finalmente, el sociólogo expone la «paradoja demográfica»: Italia, un país «que demográficamente está muriendo», rechaza a una diáspora que él considera una «reserva de italianos» lista para integrarse y aportar. Frente a este relato hostil y un ataque legislativo directo, la pregunta que Taddone pone sobre la mesa es crucial: ¿quién defiende a la diáspora?
La crisis de representación: ¿quién defiende a la diáspora?
El análisis de Taddone revela un panorama de «indefensión sistémica», donde los canales institucionales y políticos que deberían proteger a la diáspora se muestran débiles o ineficaces.
Según el experto, la prensa italiana «no da ninguna voz» a la comunidad y, por el contrario, amplifica los estereotipos negativos, citando como ejemplo un artículo del diario La Repubblica que reforzaba estos prejuicios.
En el ámbito parlamentario, el Partido Democrático (oposición) cuenta con figuras combativas como Fabio Porta y Tony Richardi. Sin embargo, Taddone critica las notables ausencias de sus legisladores en votaciones clave.
Al MAIE, socio del gobierno, lo acusa de un «servilismo atroz», recordando que sus parlamentarios pidieron excusas por votar en contra del gobierno. Además, lo señala por su ausencia en debates cruciales y por desinformar con un «fantasioso paqueto Maie» que genera falsas expectativas.
Respecto a los órganos institucionales como los Comites y el CGIE, Taddone resume su visión con una frase contundente: «malo con ellos, peor sin ellos», destacando sus limitaciones de poder y la crisis de participación que enfrentan.
Mira la entrevista completa en Youtube
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