Daniel Taddone criticó duramente el nuevo procedimiento de ciudadanía italiana por descendencia aprobado por el Gobierno de Italia.
Las claves
Daniel Taddone (CGIE): “Una derrota más”
Daniel Taddone, sociólogo y genealogista, consejero en el CGIE (Consejo General de Italianos en el Exterior) por Brasil, criticó duramente la ley de reforma de los servicios consulares aprobada por la Cámara de Diputados el pasado martes, calificándola como “una derrota más” (mais uma derrota) para la ciudadanía italiana por descendencia residente en el exterior.
La medida no solo reforma los servicios para la ciudadanía italiana en el exterior, sino que también modifica el procedimiento de reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia para los hijos y nietos nacidos fuera de Italia.
Según Taddone, esta reforma es “un acto cínico y deliberado del gobierno de Giorgia Meloni, apoyado por Fratelli d’Italia, Forza Italia y la Lega”, con la “complicidad patética y deshonrosa” (cumplicidade patética e deshonrosa) del representante del MAIE en el Parlamento, el ítaloargentino Franco Tirelli, y cuyo objetivo final sería “acabar con nuestros derechos”.
“El gobierno nos odia y quiere eliminarnos”, señaló el sociólogo en una entrevista con el medio ítalo-brasileño Insieme.
Centralización y menos personal para resolver los trámites de ciudadanía italiana
Entre los principales puntos de su crítica, Taddone enfatizó que la creación de un órgano centralizador es inadecuada, y adelantó que el nuevo organismo contará con un número de personal “absolutamente insuficiente” para la cantidad de solicitudes que deberá procesar. El sociólogo comparó que, mientras Italia cuenta con 126 embajadas y 447 consulados (más otras cinco representaciones), esta central tendría apenas 80 funcionarios.
También explicó que el nuevo órgano de Roma deberá tramitar solicitudes “de todo el mundo”, cuando el trabajo ejecutivo de reconocimiento lo realizan, en la práctica, los trabajadores en los consulados locales, quienes conocen la realidad del registro civil de cada país —como Brasil o Argentina— y, a menudo, el idioma local.
“La persona que trate la documentación en Roma no necesariamente conocerá el registro civil local ni el idioma, lo que dificultará entender, por ejemplo, los cambios de ortografía en los nombres”, advirtió Taddone, aludiendo a casos donde un apellido con ‘CH’ o ‘GLIA’ se convierte en uno con ‘QU’ o ‘LH’.

“El objetivo es crear obstáculos”
Taddone concluyó que, si bien la vía judicial permanecerá, el objetivo claro del nuevo órgano es “crear obstáculos” para que las personas no logren el reconocimiento.
En referencia a la exigencia de la nueva ley de que todas las solicitudes se realicen en formato papel, señaló que esto obligará a los solicitantes a enviar la documentación por correo internacional, recordando que los trámites de ciudadanía suelen representar una inversión de 3.000 a 4.000 reales (unos 1.500 a 2.000 dólares estadounidenses).
“Si los documentos desaparecen en el camino o si el propio ministerio los extravía, nadie se responsabilizará”, advirtió. Además, dijo que se trata “nítidamente de una medida hecha para no reconocer la ciudadanía de nadie”. “El objetivo no es reconocer, sino no reconocer”, remarcó.
Taddone también alertó que la ley introduce un techo numérico para el reconocimiento de ciudadanías, lo que garantiza que el número de reconocimientos del año siguiente nunca pueda ser mayor que el anterior. Esta restricción, indicó, se aplicará también a la nueva central de ciudadanía.
Por último, mencionó que la norma podría requerir una doble legalización de documentos: la legalización del país de origen y la legalización en Italia, lo que complicará aún más el proceso.
Críticas a Franco Tirelli (MAIE)
Finalmente, Taddone criticó la posición del Movimiento Asociativo Italiano en el Exterior (MAIE), que forma parte del gobierno, al que acusó de “complicidad patética y deshonrosa”.
Lamentó que el representante del MAIE “no haya podido concatenar cinco frases” en su intervención en el Parlamento, mientras que otros diputados de la oposición —como Fabio Porta y Toni Ricciardi— sí defendieron activamente a la comunidad italiana en el exterior.
El Gobierno italiano cambia el procedimiento para la ciudadanía italiana por descendencia
A poco más de seis meses de la reforma de la Ley 91/92, que regula el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia, el Gobierno impulsa un nuevo cambio normativo.
En marzo pasado, el Decreto 36/2025 y la posterior Ley de Conversión 74/2025 eliminaron la posibilidad de que bisnietos, tataranietos y generaciones posteriores nacidas fuera de Italia puedan solicitar la ciudadanía italiana por descendencia, al tiempo que impusieron nuevas restricciones para las solicitudes de hijos y nietos.
➡️ Conocé los cambios implementados en la ciudadanía italiana por la Ley 74 en este artículo:
Cambiaron los requisitos para la ciudadanía italiana: el Parlamento aprobó el Decreto 36
Esta semana, la Cámara de Diputados de Italia aprobó una nueva norma que establece que los consulados italianos en todo el mundo ya no serán responsables del reconocimiento de hijos mayores de edad ni de nietos con derecho a la ciudadanía.
A partir de la aprobación definitiva de esta norma, el trámite deberá realizarse ante un nuevo organismo que se creará en el ámbito del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional (MAECI), con sede en Roma.
Cuándo entra en vigencia la nueva norma
El proyecto aún debe pasar por el Senado, donde será aprobado o rechazado in totum (sin modificaciones), aunque se da por descontada su aprobación debido a la cómoda mayoría del oficialismo en esa Cámara parlamentaria.
Si bien las nuevas reglas de tramitación se espera que sean efectivas a partir del 1 de enero de 2028, la ley establece medidas transitorias que restringirán los trámites de ciudadanía entre 2026 y 2028.
El principal partido de la oposición, el Partido Democrático (PD), expresó su rechazo a la iniciativa, aunque reconoció que incluye algunos aspectos positivos fruto de modificaciones impulsadas por esa fuerza política.
➡️ Puedes leer más sobre la posición del PD en nuestro informe:
Ciudadanía italiana: el PD explica por qué la nueva ley es “la segunda ley de la vergüenza”
Desde el gobierno defendieron la reforma, afirmando que se trata de “una reforma histórica para los servicios a los italianos en el mundo”.
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