La empresa FamilySearch pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y nació con la intención de construir un mapa de toda la genealogía del mundo, pero también con el objetivo de usar actas y partidas para bautizar a los muertos en su religión y salvar sus almas. En 2025 planean lograr el acceso a más bases de datos públicas, e Italia está entre sus prioridades.
Los políticos influencers
Con el presidente argentino, Javier Milei, promocionando una memecoin, o su par estadounidense, Donald Trump, haciendo spots publicitarios para Tesla, la era de los políticos influencers parece haber comenzado. Las figuras ya no se preocupan por mostrar que el único interés que defienden es el del pueblo y se animan a actuar como verdaderos promotores de las entidades privadas.
Quizás por eso no nos sorprendió que esta semana el Senador Italiano (de origen argentino) Mario Borghese (Maie) usara sus redes sociales para promocionar una empresa privada interesada en quienes buscan actas y partidas registrales.
Tras consultar de qué empresa se trataba, la trama incluía el acceso a registros oficiales de presos y enfermos, rituales de bautismo a los muertos y una religión con denuncias de abusos a menores y fraude fiscal. Un montón.
Pero ¿qué es lo que hizo que, un senador que casi no habla en el senado, ni en sus redes (mucho menos con la prensa); decidiera publicar un mensaje promocionando a una empresa privada, de Estados Unidos, vinculada a una de las sectas más poderosas del mundo, y con escándalos económicos y legales detrás?
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El mensaje del Senador Mario Borghese
El 13 de marzo, Borghese hizo una publicación en su cuenta de Instagram que comenzaba con el texto “Gran reunión en Lehi, Utah». Pero la imagen que acompañaba el texto era del despacho de Borghese, en Roma, lo que no se condijo con el mensaje. Quizás la imagen correspondía a otra reunión, no lo aclaraba.
El mensaje de Borghese continúa con “Tuve el honor de reunirme con los directivos de FamilySearch, una organización internacional sin fines de lucro dedicada a ayudar a todos a descubrir su historia familiar”.
Y agrega: “Con más de 900 millones de actas digitalizadas, FamilySearch se ha convertido en un recurso invaluable para quienes buscan sus raíces”. El senador destaca los países en los que Familysearch máyor cantidad de usuarios y remata: ¡Es increíble ver cómo la genealogía une a las personas a través del tiempo y el espacio!
En los comentarios de la publicación, y ante la permanente falta de respuestas a nuestras consultas sobre su desempeño, este periodista decidió dejar planteada la pregunta en forma abierta: “Buenas tardes senador, podría comentarnos cuál fue el motivo de la reunión y si hay algún proyecto legislativo vinculado al encuentro?”, hasta este momento, no hubo respuesta.
FamilySearch: una empresa polémica cuyo trasfondo muy pocos conocen
La búsqueda de partidas de nacimiento, actas de matrimonio o de defunción, es uno de los pasos obligados en los procesos de nacionalización y ciudadanía. Es por eso que muchos de nuestros lectores ya habrán tenido contacto con publicidades de FamilySearch, un portal que promede acceso gratuito a archivos de una inmensa variedad de países. Pero ¿qué hay detrás de este servicio tan generoso?
En su portal de internet, FamilySearch se presenta como una organización internacional sin fines de lucro, y no oculta su pertenencia a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD). Fue en 1894 que los integrantes de esa Iglesia (conocida como Mormones), crearon la Sociedad Genealógica de Utah. Bajo la creencia de que las personas podían ser bautizadas después de su muerte, buscaban reconstruir la genealogía de la humanidad y usar las actas para bautizar a personas que no lo habían hecho o que habían sido bautizados por religiosos de otras creencias.
Para ello, debían recopilar documentación genealógica para utilizar en sus ceremonias religiosas y “con el objetivo de ayudar a los miembros de la Iglesia a encontrar sus árboles familiares”, explican en el portal.
Informes de la propia iglesia explican de qué se trata el ritual de bautismos a personas muertas. Según las creencias de esta organización religiosa, “Jesucristo enseñó que el bautismo es esencial para la salvación de todos los que han vivido en la tierra (véase Juan 3:5). Muchas personas, sin embargo, han muerto sin recibir el bautismo. Otros han sido bautizados sin la debida autoridad”.
Luego, el portal oficial de la IJSUD, indica que “Como Dios es misericordioso, ha preparado un medio para que todos reciban las bendiciones del bautismo. Al realizar bautismos vicarios por aquellos que han muerto, los miembros de la Iglesia ofrecen estas bendiciones a sus antepasados fallecidos. Las personas pueden escoger, después, si aceptarán o rechazarán lo que se ha hecho en su nombre”.
Sin embargo, informes periodísticos revelan denuncias de bautismos vicarios sin autorización de familiares o descendientes. Un artículo del diario New York Times de diciembre de 2003, relata que un grupo judío consideró emprender acciones legales con el objetivo de detener a la Iglesia Mormona en su práctica de bautizar póstumamente a muchos judíos, especialmente a víctimas del Holocausto.
“En 1995, tras descubrirse que al menos 380.000 nombres de víctimas judías del Holocausto figuraban en las listas bautismales de los extensos archivos de la iglesia en Salt Lake City, la Iglesia accedió a cesar los bautismos vicarios sin el consentimiento de los descendientes de los fallecidos. Los representantes de la iglesia también afirmaron que eliminarían de dichas listas los nombres de víctimas del Holocausto ingresados antes de 1995”, relata el artículo. Tiempo después de llegar a un acuerdo con las autoridades de la IJSUD, los representantes de las familias judías reclamaban que estos bautismos vicarios continuaban realizándose sin autorización de familiares o descendientes.
D. Todd Christofferson, un alto representante de la iglesia afirmó frente a la polémica que no se revisa constantemente los archivos para detectar nombres judíos, y dijo que ello “implicaría revisar continuamente un archivo en constante expansión —que contiene más de 400 millones de nombres— representaría una “carga intolerable”.
El artículo del NYT explica que los archivos de esta Iglesia, elaborados a partir de la tarea de FamilySearch, “contienen información biográfica detallada de 400 millones de personas a lo largo de los siglos” y que “los nombres que se someten a bautismo póstumo son extraídos de esos archivos”.
Las polémicas detrás de IJSUD y FamilySearch
En los últimos años, esta la IJSUD se vió afectada por casos de abusos y evasión fiscal. Tal es el caso del religioso condenado en los últimos días a 16 años de prisión por abusar de dos niñas en su iglesia en Córdoba, Argentina. Un poco antes, en febrero de 2023, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) impuso una multa de 5 millones de dólares a la Iglesia y a su entidad gestora de inversiones, Ensign Peak Advisers por la creación de una red de empresas ficticias utilizadas para ocultar una cartera de inversiones que, en 2018, ascendía a aproximadamente 32.000 millones de dólares.
Pero más allá de los escándalos judiciales y legales de la Iglesia, hay aspectos al menos polémicos en los términos y condiciones de la plataforma FamilySearch, ya que la creación de usuarios y la carga voluntaria de documentos en la plataforma es también una de las formas en las que la empresa hace crecer su base de datos, la que está a disposición de la IJSUD.
En su página de Políticas de Privacidad, actualizado el 14 de enero de 2025, el sitio reconoce que se recopilan datos personales considerados “sensibles”, como raza, etnia, religión, ciudadanía o antecedentes médicos. También reconocen que “pueden compartir información con entidades de la Iglesia” (IJSUD). También advierten que tus datos pueden ser transferidos internacionalmente, lo cual puede implicar que estén sujetos a regulaciones de privacidad más laxas en ciertos países.
Como la plataforma permite que armes un árbol genealógico propio, puedes estar cargando (y compartiendo) información personal sobre personas vivas en tu árbol genealógico. Al respecto, FamilySearch establece que “tú eres el responsable de ese tratamiento de datos, lo que podría tener implicaciones legales si la otra persona no está de acuerdo con que sus datos se publiquen”.
También advierten que, al registrarte, otorgas consentimiento para lo que la empresa considera “interés legítimo”, lo cual podría ser un argumento amplio para seguir procesando información incluso si decides borrar tu cuenta.
En su página de Términos y Condiciones de uso, FamilySearch, en su apartado de Licencias y Derechos Otorgados a FamilySearch, indica que “Cualquier contenido enviado otorga a FamilySearch una licencia mundial, irrevocable y libre de regalías para su uso y sublicenciamiento”. lo parece ser un permiso para que, a través de otras empresas, el acceso a los registros pueda ser cobrado.
Este periodista realizó la experiencia de ingresar al portal en busca de una acta pero, al encontrarla, un cartel indicó que el documento estaba en poder de otra empresa y que su consulta podía tener un costo, algo que no resulta tan gratuito como el sitio promete, o como el senador Borghese promociona.
Mediante las normas de uso del portal, los usuarios otorgan una licencia es muy amplia de la documentación y datos que aportan, permitiendo que FamilySearch use los datos sin limitaciones, incluso para sublicenciar.
¿Que implica que Italia, España, Brasil o Argentina tengan sus registros públicos en FamilySearch?
Desde 1938, la Sociedad Genealógica de Utah (ahora Family Search) comenzó a microfilmar archivos de las iglesias y del gobierno. Mediante acuerdos o contratos, la organización accedía a los registros públicos o religiosos a cambio de brindarle a las instituciones una copia del registro (que solía ser un trabajo costos con soportes caros).
En los últimos 80 años muchos registros oficiales llegaron en su poder y convirtieron a FamilySearch en la mayor base de datos de registros personales existente en el mundo. En 2008, el Vaticano comenzó a desaconsejar que las instituciones religiosas brindaran sus registros a esta empresa, pero algunas instituciones continuaron haciéndolo.
No solo tienen partidas de nacimiento, matrimonio y defunción, como ocurrió con los archivos del arzobispado de Córdoba, Argentina. En sus archivos también tienen historias clínicas, legajos de universidades y hasta expedientes de presos.
En su portal web, la Iglesia anunció en los últimos días el crecimiento de su base de datos gracias a registros de 36 países, entre los cuales contabilizan 131 millones de registros civiles de Filipinas, 4 millones de actas de defunción de la seguridad social de Francia y 4 millones de registros civiles de Sri Lanka.
También anunciaron la ampliación de registros parroquiales de Santiago del Estero (Argentina), distintas regiones de Italia y Brasil, entre otras. En su artículo “Qué esperar de Family Search en 2025”, la empresa informó que este año espera dar “pasos importantes en la expansión de las colecciones de registros de Francia , Alemania , Honduras , Italia , Palaos y Filipinas”.
En España, FamilySearch ya cuenta con un convenio con la región de Murcia, que les permitió acceder a datos como: Expedientes de limpieza de sangre, vida y costumbres de pretendientes al hábito de novicio de la Orden de San Juan de Dios; Registros de nacimientos Hospital en el Hospital Provincial San Juan de Dios; Expedientes personales de presos de las prisiones provinciales, etc.
En julio de 2016, FamilySearch también celebró un convenio con la Diputación de Huesca, España. El acuerdo incluía la digitalización de documentación como Bautizados y defunciones del Hospital Nuestra Señora de la Esperanza, censos electorales, entre otros.
El acceso a datos genealógicos permitiría conocer qué personas quedan sin descendencia y cruzar con datos patrimoniales, para saber qué propiedades quedan vacantes, dando lugar a posesiones ilegítimas.
